Las vacaciones empiezan con mucha ilusión para todos pero tras los días de descanso, desconexión y relax que hemos disfrutado durante este tiempo llega la hora de volver a la rutina y al trabajo.
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Tras estos días sin preocupaciones llega el llamado “síndrome de la depresión post-vacacional” para mucha gente, que incluso tiene problemas para incorporarse de nuevo al trabajo y que muestran síntomas de tristeza, apatía e irritabilidad.
Hay mucha gente que vive con mucha presión la incorporación de nuevo al trabajo pudiendo llegar a sufrir incluso algún cuadro de estrés agudo.
Son varios los síntomas que se manifiestan tanto emocionales como físicos: depresión, sudoración, palpitaciones, cuadros de ansiedad, malestar, disminución de la concentración y el rendimiento, cambios de humor, temblores…
Esta fobia a la vuelta al trabajo se debe principalmente a la visión negativa que tenemos la mayoría de la sociedad del trabajo. Para muchos el trabajo es algo obligatorio que nos lleva a hacer grandes sacrificios.
Por otro lado, también son muchos los que están deseando recuperar la normalidad. Mucha gente se marca nuevos retos y objetivos para retomar la vuelta con mas fuerza y motivación que nunca y no recaer en la rutina.
Mientras para muchos la llegada de septiembre es el tiempo de renovación y una nueva oportunidad de marcarnos nuevas metas y cambiar lo que no nos gusta en nuestra vida para empezar de nuevo, para otros no es más que volver a la monotonía de vivir de nuevo un día a día que no les satisface.
Te damos algunos consejos que te pueden ayudar a asimilar mejor el final de las vacaciones para que puedas enfocar la atención en todo lo bueno que viene por delante.
El café contiene cafeína un estimulante que actúa sobre todo el sistema nervioso central. La cafeína aumenta el estado de alerta y la concentración. Por lo tanto, nos da un impulso extra de energía.
Tras su absorción, la cafeína llega rápidamente al cerebro donde bloquea los receptores de una sustancia que se encarga de calmar el sistema nervioso, es por esto, que no deja descansar a nuestro cerebro y hace que aumentemos nuestro estado de alerta. De ahí su buena fama para combatir la somnolencia.
Además la cafeína es capaz de alterar nuestro estado de ánimo y, sumada a las múltiples propiedades de otros componentes del café, puede reducir la inflamación de las células nerviosas lo cual genera un efecto relajante que ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo y a combatir la depresión.