Hoy queremos rendir nuestro pequeño homenaje a Angelo Moriondo, en el 171º aniversario de su nacimiento en Turin. (hoy protagonista de google).
Además de ser un importante empresario italiano, también fue inventor. Angelo Moriondo inventó y registró la primera patente de la «Máquina de Café Espresso» en 1884.
Esta máquina consistía en una caldera enorme desde la que se hacía pasar agua caliente sobre una cama de granos de café y otra caldera que producía vapor sobre la cama de café y así se completaba la infusión.
En aquella época, a pesar de la popularidad que ya tenía el café, su método de elaboración era muy lento. Esto incomodaba mucho a los clientes que tenían que esperar antes de tener lista su bebida preferida.
Así fue como Moriondo se dio cuenta de que lo mejor sería encontrar la forma de hacer varios cafés a la vez para poder sevirlos con rapidez.
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Su abuelo constituyó una fabrica de licores a la que dio continuidad su padre Giancomo. Años más tarde Giancomo fundó, junto a su hermano Agostino y su primo Gariglio la conocida fábrica de chocolates «Moriondo y Gariglio».
Angelo compró el «Grand-Hotel Ligure» situado en la Piazza Carlo Felice, en el centro de la ciudad y también el «American Bar» en la Galleria Nazionale de Vía Roma.
Angelo Moriondo presentó su nuevo invento en la Exposición General de Turín en 1884 donde fue premiado con la medalla de bronce.
La patente le fue otorgada el 16 de mayo de 1884, durante seis años.
Esta patente se le otorgó bajo el nombre de «Nueva maquinaria de vapor para la confección económica e instantánea de bebidas de café» Método A. Moriondo.
Esta máquina la construyó un mecánico que se llamaba Martina y que trabajó siempre bajo la supervisión de Moriondo.
La patente fue actualizándose sucesivamente y en octubre de 1885, este invento, fue confirmado por patente internacional.
Fue un año más tarde, cuando un historiador de las crónicas del café, llamado Ian Bersten, describió la máquina de Moriondo como la primera máquina italiana a presión capaz de controlar el suministro de vapor y agua por separado a través del café.
Al contrario de las máquinas de café Espresso de hoy en día que preparan el café de uno en uno, la máquina de Moriondo era de elaboración de Café en grandes cantidades y no se podía utilizar para hacer un café para cada cliente.
Se fabricaron sólo unas pocas unidades que se vendieron como «producto artesanal».
Angelo Moriondo conservaba celosamente la mayoría de estas máquinas en sus establecimientos convencido de que éstas eran un importante reclamo para sus negocios.
Todo esto sentó las bases para que pudiésemos llegar a las máquinas de Café Espresso de hoy en día gracias a las cuáles podemos disfrutar de nuestra bebida favorita.